¿Sabías que las personas con éxito piensan de forma diferente a las que no tienen éxito?

Las personas con éxito y las que no lo tienen no son tan diferentes. Al fin y al cabo, todos somos seres humanos. Sin embargo, lo que separa a los triunfadores de los que nunca alcanzan mucho éxito en la vida se reduce a su forma de pensar.

Las personas con éxito piensan de forma diferente. Simplemente lo hacen, porque es imprescindible para ganar en la vida. O se nace con este tipo de pensamiento o se puede trabajar y desarrollarlo. Cualquiera puede pensar de una manera que le ayude a alcanzar el éxito.

Veamos en qué se diferencian los ganadores de los perdedores.

Para empezar, las personas con éxito persiguen sus sueños. Están dispuestos a ir tras lo que quieren. Sólo un 2% del mundo tiene esta mentalidad. Es sorprendentemente bajo, pero así es.

Las personas sin éxito prefieren la seguridad sin darse cuenta de que si no se arriesga, no se gana. Prefieren la seguridad laboral y la idea de que no arriesgan nada. Así, se estancan en la vida y nunca progresan mientras se lamentan de su suerte en la vida.

Las personas con éxito tienen confianza y pueden hacerlo. Las personas sin éxito carecen de confianza y no creen en sí mismas. Los ganadores creen que es posible. Los perdedores creen que es imposible… y encontrarán un problema a cada solución, para quedarse donde están. Para tener éxito en la vida, debes creer en ti mismo. Debes estar dispuesto a cambiar las cosas. A explorar nuevas posibilidades. Sólo puedes descubrir nuevas tierras si estás dispuesto a perder de vista la orilla.

Las personas sin éxito tienden a aferrarse a las viejas formas de hacer las cosas. Se resisten al cambio porque significa salir de la zona de confort. Esta es otra cualidad que tienen las personas con éxito. Actúan a pesar del miedo. Un triunfador sabe que requerirá esfuerzo y lucha y piensa: «¿Sabes qué? Voy a hacerlo de todos modos y tendré éxito».

La persona sin éxito dice: «Es demasiado trabajo y me llevará demasiado tiempo. Puede que ni siquiera tenga éxito y todo será una pérdida de tiempo». La necesidad de ir a lo seguro y tratar de conseguir algo a cambio de nada es una marca registrada de las personas sin éxito. Prefieren conformarse con menos que salir a buscar lo que es suyo. Para que puedas alcanzar las cimas del éxito, primero debes exigirlo… y creer que tienes lo necesario. A continuación, debes estar dispuesto a pagar el precio que el éxito te pide. Los ganadores están más que dispuestos a hacerlo.

El fuego que arde en el interior de las personas de éxito crea una sensación de urgencia en ellas. Tienden a sentir que siempre no hay tiempo suficiente para hacer lo que necesitan. Están en constante movimiento para hacer las cosas y rara vez tienen tiempo para distracciones triviales. Las personas que no tienen éxito tienden a moverse más lentamente, procrastinar más y vivir una vida aburrida. Los entretenimientos como las redes sociales, los programas de televisión y otras actividades de ocio actúan como muletas para llenar el vacío en su vida. Las personas con éxito tienen tantas cosas a su favor que sólo se dedican ocasionalmente a estas actividades.

Otro punto interesante que notarás es que las personas sin éxito tienden a centrarse en lo que hacen los demás. Siempre opinan sobre las actividades de los demás y los acontecimientos externos y rara vez reflexionan sobre su propia vida. Las personas con éxito, sin embargo, sólo piensan en cómo mejorar su negocio y su vida. Se centran en sí mismos. Como resultado, progresan y disfrutan de una vida más gratificante. Las personas que no tienen éxito siguen amargadas, llenas de negatividad y se convierten en detractores que intentan aguar la fiesta a los demás sólo para sentirse mejor. Es una situación triste, pero que ellos mismos se han buscado.

A fin de cuentas, las cosas sólo mejorarán cuando empieces a pensar mejor. Tu vida no tendrá límites cuando no tengas límites autoimpuestos. El progreso y el éxito serán tuyos cuando te centres en acciones positivas y te conviertas en parte de la solución en lugar de ser parte del problema.

Ahora que sabes por qué algunas personas tienen éxito y la mayoría no, puedes emular a los ganadores y convertirte tú mismo en un ganador. El poder del cambio está dentro de ti.

«Aprende de los errores de los demás. No puedes vivir lo suficiente para cometerlos todos tú mismo». – Eleanor Roosevelt