¡Terminar lo que empiezas es crucial para el éxito!

Empezar fuerte y rápido es fácil. Cualquiera puede hacerlo. El afán y el entusiasmo que se desprende y burbujea durante la fase de fijación de objetivos es divertido y emocionante. La promesa de alcanzar tus objetivos te motivará a ponerte en marcha.

Pero después, en unas pocas semanas, la diversión se convertirá en una rutina… que se vuelve aburrida y monótona una vez que el estallido inicial de motivación se desvanece.

Por eso la mayoría de la gente puede empezar rápido, pero muy pocos terminan con fuerza. La mayoría abandonará… y se presentarán dos resultados muy perjudiciales.

En primer lugar, una vez que abandones, se acabó. No lograrás el objetivo que tanto deseabas. No va a suceder por accidente.

En segundo lugar, te estarás haciendo un flaco favor. Cada vez que te haces una promesa y no la cumples, inconscientemente te pierdes el respeto a ti mismo.

Sólo puedes respetarte a ti mismo cuando llevas un objetivo hasta el final.

Debes terminar lo que empiezas para tener éxito en los negocios. He aquí cómo hacerlo…

Ten claro lo que quieres

Tu tiempo y tu energía son limitados. No puedes hacerlo todo y tenerlo todo. Tienes que racionalizar las cosas y reducir tus objetivos a los que más te importan.

Ahora podrás centrar todos tus esfuerzos en un par de objetivos que importan, en lugar de dispersar tus esfuerzos sin sentido y no ver resultados.

¿Cuántos recursos necesitarás?

A continuación, tendrás que preguntarte qué se necesita de ti. ¿Está pensando en iniciar un nuevo negocio?

¿Cuánto capital necesitarás? ¿Cuánto tiempo puede dedicar diariamente a su negocio? Si tienes un trabajo diurno, ¿tendrás energía para trabajar en tu negocio una vez que llegues a casa? ¿O deberías levantarte antes y dedicar tiempo a tu negocio secundario antes del trabajo?

Tienes que responder primero a estas preguntas y estar preparado para lo que se te va a exigir. De este modo, no será un choque brusco cuando descubras la cantidad de esfuerzo que necesitas emplear.

El ritmo de trabajo

Al principio, debes ir despacio. Si sólo puede dedicar una hora al día a su negocio paralelo, una hora será suficiente. Intenta no exagerar durmiendo menos o recurriendo a otras medidas duras.

Si lo haces demasiado difícil, serás incapaz de mantener tus esfuerzos a este nivel. Te sentirás agotado o con la sensación de que te has fallado a ti mismo cuando temes el trabajo y lo dejas para más adelante.

El éxito es un maratón y no un sprint.

Haz lo necesario

Una de las mejores filosofías que puedes adoptar es «hacer lo que importa cuando importa». Eso significa centrarse en las tareas más importantes y no dejarlas para más tarde. Esto es especialmente importante cuando tienes un tiempo limitado para trabajar en tus objetivos cada día. Cada minuto es importante.

La excelencia es mejor que la perfección

Haz el mejor trabajo que puedas, pero no esperes la perfección. De hecho, el perfeccionismo es la base de la procrastinación. Evítalo a toda costa.

Si esperas constantemente que las cosas sean perfectas, te estarás preparando para la decepción. Todos somos humanos y falibles. Habrá días en los que no seas tan productivo como deberías. O días en los que te equivoques.

Ser perfeccionista te hará pensar que has fracasado. La decepción en ti mismo puede hacerte desistir. Si tu objetivo fuera la excelencia, te darías cuenta de que uno o dos pequeños deslices aquí y allá no son el fin del mundo.

Adopta el concepto japonés de «kaizen», en el que te esfuerzas por hacer pequeñas mejoras a diario. Eso es todo lo que tienes que hacer. Con el tiempo, tus esfuerzos se convertirán en una bola de nieve y tendrás mucho más éxito.

Seguimiento de los progresos

Si no sabes a dónde vas, no llegarás a ninguna parte. Haz un seguimiento de tu progreso y rinde cuentas diaria, semanal y mensualmente.

El éxito en los negocios no ocurre por accidente. Es un proceso. Cuando te embarques en un viaje para alcanzar un objetivo, estate siempre dispuesto a mantener el rumbo hasta completarlo, por mucho tiempo que te lleve.

Si el objetivo es algo que todavía aprecias, debes persistir. Una vez que hayas pagado el precio que el objetivo exige de ti (con tiempo, esfuerzo y sacrificio), alcanzarás el éxito y podrás finalmente descansar. Hasta el próximo objetivo.

«El mérito de la acción reside en terminarla hasta el final». – Gengis Khan