Seminario Fenix Módulo 3
El tema del potencial humano y la disparidad de resultados y desempeño entre las personas. Se cuestiona por qué alguien que gana 250 mil dólares anuales no es diez veces más astuto que alguien que gana 25 mil, y se argumenta que incluso alguien que gana dos y medio millones al año no es 100 veces mejor que quien gana 250 mil.
Se menciona un estudio sobre coeficiente intelectual que concluye que la mejor persona era solo dos y media veces más astuta que la de menor coeficiente. Esto lleva a una fórmula que considera atributos innatos y adquiridos, junto con la actitud, como determinantes del potencial humano.
La actitud se destaca como un factor crucial, ya que se estima que el 85% del éxito de una persona está determinado por ella. Se afirma que las personas con actitudes positivas tienden a avanzar más rápidamente en la vida y a tener más éxito en el trabajo y en las relaciones. Se subraya que una actitud positiva no implica necesariamente estar constantemente feliz, sino adoptar una postura constructiva hacia la vida y sus desafíos.
Se discute la importancia de las expectativas en la formación de la actitud, ya que estas determinan si una persona tendrá una actitud positiva o negativa ante ciertas situaciones. Se enfatiza que las expectativas pueden ser fabricadas por uno mismo y que surgen de las creencias y valores internos de cada individuo. Estas creencias y valores se agrupan en lo que se denomina «concepto propio», que se considera el centro de mando de la personalidad y determinante del desempeño en todas las áreas de la vida.
Se sugiere que la mayoría de las personas apenas utilizan un pequeño porcentaje de su potencial humano, y se relaciona esto con el concepto propio, que suele ser más bajo de lo que debería ser. Se explica que el concepto propio está basado en información que uno ha aceptado como cierta, y que puede ser influenciado por opiniones externas, como críticas o horóscopos. Además, se destaca que los adultos tienen diferentes conceptos propios en distintas áreas de sus vidas, lo que influye en su comportamiento y desempeño.
Se analiza la crianza de los niños y cómo los primeros años de vida influyen en el desarrollo de patrones de comportamiento. Se destaca que los niños llegan al mundo sin miedo y son espontáneos, pero a medida que crecen, pueden adquirir patrones de hábitos negativos, influenciados por la crítica destructiva de los padres.
Los niños aprenden por imitación y por evitar la incomodidad, lo que forma patrones de hábitos negativos como el miedo al fracaso y el temor al rechazo. Estos patrones se manifiestan físicamente en el cuerpo, causando malestar y tensión.
Existen dos tipos de patrones de hábitos negativos: el inhibido y el compulsivo. El primero se desarrolla cuando los niños experimentan crítica destructiva y temen intentar algo nuevo, mientras que el segundo surge cuando los niños buscan complacer a otros para obtener amor condicionado.
Se argumenta que la autoestima juega un papel crucial en la superación de estos patrones negativos, ya que una alta autoestima reduce el temor al fracaso y al rechazo. Se ofrece consejos sobre cómo enfrentar la crítica destructiva y cómo brindar retroalimentación constructiva para promover un ambiente de crecimiento y desarrollo personal.
En resumen, se enfatiza la importancia de mantener una actitud mental positiva y cultivar una autoestima saludable para superar los temores y alcanzar el éxito en la vida. Se destaca que el amor propio y la aceptación son fundamentales para lograr una vida plena y satisfactoria.